Una oración de arrepentimiento.
Haga la siguiente oración con todo su corazón:
“Querido Señor y Dios, te reconozco como mi Señor y Salvador. Me arrepiento y dejo a un lado mi propio camino pecaminoso, y te entrego el derecho a reinar en mi vida. Yo pongo mi vida bajo tu control, donde debería haber estado desde el primer día.
Reconozco mi pecado, mi propia voluntad y terquedad, y abandono estos y todos los pecados de mi forma de vivir.... Te reconozco como el único a quien iré a pedir dirección para mi vida a partir de este día. Te pido que la sangre de tu Hijo Jesucristo que fue derramada en el Calvario sea aplicada a mis pecados y los limpie, para que nunca más sean recordados.
Enséñame tus caminos; instrúyeme para saber cómo debería caminar. Desde este día en adelante, recurriré a ti como mi Señor y Salvador. Gracias por tu regalo de la vida eterna, de la vida ahora y en la eternidad. Señor. En el nombre de Jesús, Amén.”
Esta oración, hecha de todo corazón, le hace un hijo de Dios y le da el regalo de la vida eterna en los cielos con Él (Romanos 10:9-10, Juan 3:16). También le vuelve a conectar al río de Dios,de manera que su vida aquí en la tierra será mucho más abundante y gratificante. Bienvenido al reino de Dios....
de Jesucristo nuestro Salvador.
Haga la siguiente oración con todo su corazón:
“Querido Señor y Dios, te reconozco como mi Señor y Salvador. Me arrepiento y dejo a un lado mi propio camino pecaminoso, y te entrego el derecho a reinar en mi vida. Yo pongo mi vida bajo tu control, donde debería haber estado desde el primer día.
Reconozco mi pecado, mi propia voluntad y terquedad, y abandono estos y todos los pecados de mi forma de vivir.... Te reconozco como el único a quien iré a pedir dirección para mi vida a partir de este día. Te pido que la sangre de tu Hijo Jesucristo que fue derramada en el Calvario sea aplicada a mis pecados y los limpie, para que nunca más sean recordados.
Enséñame tus caminos; instrúyeme para saber cómo debería caminar. Desde este día en adelante, recurriré a ti como mi Señor y Salvador. Gracias por tu regalo de la vida eterna, de la vida ahora y en la eternidad. Señor. En el nombre de Jesús, Amén.”
Esta oración, hecha de todo corazón, le hace un hijo de Dios y le da el regalo de la vida eterna en los cielos con Él (Romanos 10:9-10, Juan 3:16). También le vuelve a conectar al río de Dios,de manera que su vida aquí en la tierra será mucho más abundante y gratificante. Bienvenido al reino de Dios....
de Jesucristo nuestro Salvador.
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