miércoles, 23 de enero de 2013

Comentario

Es lamentable que haya gente que se llaman ministros de Cristo, a quienes jamás se les ocurre que están obligados a demostrar la máxima laboriosidad y celo Santo y reverente... Parecen olvidar que tratan con almas que pueden perderse o salvarse para siempre, almas que costaron la sangre del corazón del Salvador. No parecen haber entendido la naturaleza de su vocación, ni haber captado la idea bíblica de ser embajadores y Servidores de Cristo. ...soñolientos, esperan dejar su carga a salvo, aunque ellos estén profundamente dormidos...

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