miércoles, 23 de enero de 2013

Salmo 23

Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento.

Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días.

Con la paciencia de un Pastor, Él nos rescata, nos limpia, cura nuestras heridas, y con todo cariño y amor, nos vuelve a colocar en el rebaño, a sabiendas de que pronto olvidaremos el desatino de extraviarnos y Él tendrá que hacerlo todo de nuevo otra vez. Sus misericordias son nuevas cada día, Su paciencia no tiene límites, Su amor nunca falla. Eso es bueno...Cuan grande amor!

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