viernes, 1 de febrero de 2013

Malaquías 3:2


Porque él es como fuego purificador, y como jabón de lavadores. Y se sentará para afinar y limpiar la plata 
Malaquías 3:2
Alguna Vez, En una reunión, algunos hermanos habían meditado sobre este pasaje de Malaquías en el cual el jabón de lavadores y el afinador representan la influencia santificadora de la gracia de Cristo. 
Cada expresión en la Palabra tiene importancia, de modo que estos hermanos se preguntaban por qué está escrito que el afinador se sentará...
Una de las personas que habían estado presentes, deseosa de conocer del afinamiento, fue a la casa de un orfebre y le preguntó: Usted se sienta mientras realiza el trabajo de afinamiento?
El orfebre respondió:
Exacto; debo sentarme y fijar la vista sobre el crisol, porque si me excediese en el tiempo necesario para el afinamiento, ciertamente la plata se dañaría.
Este hecho, no nos hace comprender la belleza y la fuerza que tienen las palabras:
“Y se sentará para afinar la plata”?
A menudo Cristo estima necesario colocar a sus Hijos en el crisol, pero Él se sienta junto a ellos, fijando la vista en el trabajo de la purificación; la sabiduría y el amor se encuentran unidos en el mayor grado respecto de aquel que es objeto del afinamiento.
Pero eso no es todo; cuando la persona se retiraba, el orfebre la llamó para decirle que había olvidado mencionar que su trabajo no estaba terminado sino hasta el momento en que podía ver su propia imagen reflejada en la plata. Hermosa figura de Cristo, que finaliza el trabajo de la purificación, cuando ve su propia imagen reflejada en los suyos!
Alguien dijo, con razón: Si eres un hijo de Dios, no estarás exento de la disciplina que se ejerce. La voz que habla puede parecer áspera, pero la mano que golpea es suave.
El horno puede ser calentado siete veces Daniel 3:19, pero el afinador está junto a él. Su intención no es consumir, sino purificar.
Estemos persuadidos de que todo llevará el sello del amor.
Con la mirada de fe y de confianza puesta en el Dispensador de las pruebas que atraviesa en este mundo, el Siervo puede decir:
Conozco, oh Jehová, que tus juicios son justos, y que conforme a tu fidelidad me afligiste
Salmo 119:75.
Cristiano! vuelve tu mirada hacia atrás, considera las pruebas más dolorosas que atravesaste y dime: fueron en vano? Ellas pueden haberte conducido a un “Sarepta” o a un “horno”, pero fueron para mostrarte a uno semejante al Hijo de Dios. Cuándo estuvo Dios tan cerca de ti, y tú tan cerca de Él, sino en el horno de fuego?

Los perfumes del santuario debían ser molidos; el candelero estaba hecho con oro ... Las aflicciones que atraviesas te dan la oportunidad de glorificar a tu Dios, oportunidad que no tienen ni aun los ángeles..Para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo 1. Pedro 1:7.
Bienaventurado aquel que soporta la tentación o: prueba; porque cuando haya resistido la prueba o: se haya manifestado fiel bajo la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman”
Santiago 1:12.

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