lunes, 22 de abril de 2013

Mi Hermano que hoy lee.

Mi Hermano que hoy lee.
Colosenses 3:19 
Maridos, 
Amad a vuestras mujeres, 
Y no seáis ásperos con ellas.
Aquí hay algunas maneras: 
Amar... con
Palabras y afecto entrañable.
Presentes 
Actos de servicio
Tiempos de calidad
Contacto físico
Escuche a su esposa. Piense acerca de sus necesidades. Protéjala de cualquier daño incluso de la sobrecarga de trabajo. Exprese su aprecio por todo lo que ella hace. Nunca la critique o la desvalorice. Ella necesita saber que es importante para Usted y que está haciendo un buen trabajo. Necesita recordatorios tangibles de su continuo amor y afecto.
La comunicación es importante para su esposa. Usted debe trabajar y aprender para ser un buen oidor. Deje hablar a su esposa sin criticarla o corregirla. Las mujeres a menudo obtienen satisfacción del sólo hecho de ser escuchadas.
1 PEDRO 3:7
Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.
No espere que una mujer piense o actúe como Usted. Usted debe buscar conocer y entender cómo ser un buen marido y no asumir que ya sabe todo acerca de ello. Sea sensible, considerado y pídale al Señor que le de entendimiento. Y siempre honre y alabe a su esposa.
1 PEDRO 3:8-11
Una de las cosas que más ayuda en los matrimonios es practicar el
“no devolver mal por mal” 1 Pedro 3:9.
Es inevitable que ocurra alguna ofensa y que alguna vez Usted quedará dolido. Cuando eso ocurre, Usted tiene una elección: Devolverle el latigazo del mismo modo o, caminar en amor. Si Usted permite que su esposa lo incite a responderle de la misma forma, entonces es su esposa quien lo está controlando. Es eso lo que Usted quiere?
Sea el espíritu de Dios ministrando hoy a su Corazón, le bendigo.

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