martes, 9 de abril de 2013

Romanos 5:3

Cada vez que se levanta oposición, la gracia de Dios a sobre abunda en nosotros. 
Piensa en lo que le sucede a un árbol cuando lo golpea una gran tormenta. El viento amenaza con arrancarlo de raíz y llevárselo. Le arranca ramas y se lleva sus hojas. Suelta sus raíces y desgaja sus brotes. Y cuando termina la tormenta, todo parece estar perdido.

Pero, mira de cerca; la misma tormenta que abrió grietas en la tierra alrededor del tronco ha ayudado a que las raíces se profundicen más. Ahora el árbol puede alcanzar fuentes de nutrición y de aguas nuevas y más profundas. Y todas sus ramas muertas han sido podadas. Puede que los brotes ya no estén, pero otros volverán a crecer con mayor plenitud. El árbol es ahora más fuerte y crece en formas no vistas. Y sólo espera la siega, porque dará mucho fruto!

Puede que te encuentres sumergido en una tormenta. El viento sopla con furia, te sacude con violencia y piensas que caerás.
Amado, no entres en pánico! Debe saber que en medio de la tempestad, estás echando profundas raíces espirituales. Dios está desarrollando en ti una profunda humildad, un mayor dolor y gemido por el pecado, una gran hambre de su justicia.

El Señor está haciendo de ti un experimentado soldado de la cruz, marcado por la batalla, pero sabio y valiente en ella. A veces, puedes sentirte decepcionado de ti mismo, pero el Señor nunca. El hecho es que Él pudo haber actuado soberanamente en cualquier momento para arrebatarte de tal batalla. Pero no lo hizo, porque vio que ésta estaba produciendo en ti mayor sed de Él!

Romanos 5:3
“La tribulación produce paciencia”.
En 2 Corintios 4:17,
“Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria.

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