martes, 14 de mayo de 2013

2 Timoteo 1:6,7



«Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios 
que está en ti por la imposición de mis manos. Porque no 
nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de 
amor y de dominio propio.» 
2 Timoteo 1:6,7 
Miremos cómo estas tres cosas produjeron la valentía en
David que lo llevó a resistir cualquier intimidación que enfrentaba.
Poder.
Él conocía a Dios y sabía que era más grande y
poderoso que cualquier cosa que pudiera enfrentar
Amor.
Él amaba a Dios más que así mismo.
Dominio propio.
No se movería hasta que tuviera la palabra o la mente del Señor, no importa cuán grande fuera la presión.
Cuando nuestro espíritu está lleno con el poder, el amor
y la palabra del Señor, no caeremos presas de la intimidación.
No es simplemente una de esas virtudes, sino la combinación
de las tres la que nos sostiene..

No hay comentarios:

Publicar un comentario