domingo, 19 de mayo de 2013

Isaías 43:19.

Sin el acercamiento a Dios, no puede haber paz. 
La sequedad sólo puede eliminada
con el rocío de su gloria. 
La desesperación sólo puede ser disipada 
por la seguridad de que Dios está respondiendo.
El fuego del Espíritu Santo debe
de calentar la mente, cuerpo, y alma.
“Porque la porción de Jehová es su pueblo; Jacob, la heredad que le tocó. Lo halló en tierra de desierto, en yermo de horrible soledad; lo rodeó, lo instruyó, lo guardó como la niña de su ojo” Deuteronomio 32:9-10.
He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz, ¿no la conoceréis? Otra vez abriré caminos en el desierto y ríos en la tierra estéril. Las fieras del campo me honrarán, los chacales y los pollos de avestruz; porque daré aguas en el desierto, ríos en la tierra estéril, para que beba mi pueblo, mi escogido” Isaías 43:19.

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