domingo, 5 de mayo de 2013

Lucas 24:52-53

Seamos sinceros con nosotros mismos cuánto tiempo pasamos al día pidiendo 
cosas a Dios? . . . cuánto tiempo pasamos dándole gracias, alabándole y 
adorándole? . . .
Nos levantamos por la mañana y lo primero que solemos hacer es orar: “Señor, guárdame en este día, bendice a mi familia, suple nuestras necesidades . . ..
Cuando estamos en el trabajo también le pedimos a Dios que nos ayude, después llegamos a casa y pedimos a Dios que El bendiga nuestros alimentos y cuando acaba el día y nos vamos a la cama, pedimos que Dios nos dé buenos sueños y nos proteja. Con estos ejemplos, podemos comprobar que hemos pasado el día pidiendo,
pidiendo y pidiendo .... No tengo nada en contra de la oración de petición, Dios quiere que le pidamos, pero no debemos olvidar que El también quiere que le alabemos y adoremos siempre.

“Ellos, después de haberle adorado, volvieron a Jerusalén con gran gozo; y estaban siempre en el templo, alabando y bendiciendo a Dios. Amén.”
Lucas 24:52-53

Este pasaje NO dice que los discípulos estaban siempre en el templo pidiendo, dice que estaban siempre alabando y bendiciendo a Dios. No debemos esperar al domingo para alabar y adorar a Dios, ahora es el tiempo de adorarle, ahora es el tiempo de bendecirle.
“Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al
Padre en espíritu y en verdad.”
Juan 4:23

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