miércoles, 29 de mayo de 2013

Jeremías 1:5

“Antes de formarte en el vientre, ya te había elegido; antes de que nacieras, ya te había apartado; te había nombrado profeta a las naciones” 
Jeremías 1:5

Romanos 12:1-2
“Por lo tanto, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpo como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro verdadero culto. No os conforméis a este mundo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”

La verdadera fe se basa en esperar con convicción y certeza que las cosas ocurran, no dudando, si no creyendo en lo que no veo, pero sé que veré.

No hay victoria sin lucha, no hay corona sin cruz, no hay testimonio sin pruebas... Nuestro testimonio no es algo que se dice, es una vida que se vive.
Este testimonio demuestra la preeminencia de Cristo sobre el pecado, el yo y Satanás...

No hay comentarios:

Publicar un comentario