viernes, 10 de mayo de 2013

Job. 37:2-13

“Escuchad atentamente el estruendo de su voz, y el rugido que sale de su boca. Bajo todos los cielos lo suelta, y su relámpago hasta los confines de la tierra. Tras él, ruge una voz; truena Él con su majestuosa voz, y no retiene los relámpagos mientras se oye su voz. Maravillosamente truena Dios con su voz, haciendo grandes cosas que no comprendemos. Porque a la nieve dice: “Cae sobre la tierra”, y al aguacero y a la lluvia: “Sed fuertes”... La fiera entra en su guarida, y permanece en su madriguera. Del sur viene el torbellino, y del norte el frío. Del soplo de Dios se forma el hielo, y se congela la extensión de las aguas. También Él carga de humedad la densa nube, y esparce la nube con su relámpago; aquella gira y da vueltas por su sabia dirección, para hacer todo lo que Él le ordena sobre la faz de toda la tierra. Ya sea por corrección, o por el mundo suyo, o por misericordia, Él hace que suceda”
Job. 37:2-13
Qué demostración de tu eterno poder!



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